Ediciones Amargord se sube al tren dormido que atraviesa la India a través de la mirada de
José Ramón Huidobro



José Ramón Huidobro
Amargord Ed.


De vez en cuando aparece un libro que nos reconcilia con la idea de la poesía no entendida exclusivamente como construcción verbal, sino como mirada y visión preñada de perplejidad. Este es el caso del último libro del poeta José Ramón Huidobro, Sleeping train.

Compuesto por dos zonas yuxtapuestas que se entrelazan sutilmente en la mente del lector-espectador, este heterodoxo libro es un acercamiento a la India por medio de la imagen y la palabra (la mirada y la visión) de una realidad tan compleja como fascinante. Decía Kipling que el mundo cabe en la India, pero lo que también es cierto es que, como en la fábula bíblica del ojo de la aguja, no todos pueden entrar fácilmente en el paraíso de su inmensa capacidad de seducción, de sus muchedumbres de dioses, sus cultos y las milenarias costumbres que se debaten a los ojos del occidental entre la pura magia y el folclore sofocado por las toneladas de pobreza. Pero (y este libro es buena muestra de ello) a la India no hay que mirarla con ojos de registrador de la propiedad sino con ojos de niño o, como es el caso, de poeta.

El nombre del libro hace referencia a un viaje que el autor realizó por el país a bordo de un tren en la llamada Sleeper Class. Apenas sin ventanas, durmiendo entre las gentes que iban y venían, el poeta aprovechaba las ocasionales paradas para “poegrafiar” (si se me permite este neologismo mezcla de poetizar más fotografiar) los acontecimientos que saltaban a sus ojos, algunos de ellos, ya plasmados en las fotos, similares a pequeñas epifanías. Al parecer fue más tarde (según cuenta Huidobro), en la retorta del regreso al hogar, cuando se iban a destilar unos poemas que son falsamente descriptivos, porque aunque aparentemente mantienen la vocación fotográfica del libro al describir instantes, a veces con cierto exceso de detalles, una lectura más cuidadosa nos muestra que en realidad lo que se pretende es condensar, resumir, intentar que una sola palabra baste para sanar a cada imagen. “Hedor / huelo a piel / fuera de lugar.” El poeta se encuentra (no siempre gozosamente) atrapado entre dos mundos, entre dos miradas, a veces incluso desde un punto de vista dolorosamente ético “Qué fuerza de voluntad / la de un hombre que niega limosna / a un chico / sin brazos.” y en ocasiones es el vaivén sonoro, el traqueteo en el tren de las lenguas incomprensibles, el que inspira el verso: “Saris / salitre / silban / senos / olas / rotas / seda / desgarrada / espuma / sed.”

Sleeping train es un libro de una frescura poco convencional y acreedor de una tan desacostumbrada como suculenta virtud: se puede abrir el melón de sus agudas evocaciones indistintamente, desde la palabra o desde la imagen, acaso como si se insinuara que aunque las ventanas de la imaginación son innumerables, todas van a dar a un mismo maravilloso lugar.



© Miguel Ángel Gara
Pata de Gallo- Literaturas.com
Diciembre 2007