Ediciones Amargord se sube al tren dormido que atraviesa la India a través de la mirada de
José Ramón Huidobro

Hombres despojados del cielo
acumulados en la cuneta
sienten la caricia de las ruedas
cuando chirrían
Las bocinas acallan
el lamento de la ciudad
Los fantasmas pedalean
detienen a los niños
que gotean
en las aceras
Los vagones reptan
por raíles infinitos
La locomotora
hincha el pecho
les despierta
de otra noche sucia
buscan un charco
para nadar
Náufragos
con brillo en los ojos
Ganan un día más